Conmemoran Día Internacional contra las Tormentas de Arena y Polvo

Ginebra, 12 jul (Prensa Latina) El mundo celebra hoy el Día Internacional de la Lucha Contra las Tormentas de Arena y Polvo, una efeméride orientada a la prevención, gestión y mitigación de los efectos de estos fenómenos cada vez más frecuentes.


La fecha es fruto de una resolución aprobada en la Asamblea General de las Naciones Unidas, que pretende impulsar la mejora de los sistemas de alerta temprana y el intercambio de información climática y meteorológica, utilizados en el pronóstico de estas tormentas, cuyos impactos causan el deterioro de la salud y bienestar de las personas.    Asimismo, contribuyen al aumento de la desertificación, la deforestación y la degradación de las tierras, la pérdida de diversidad biológica y es una potencial amenaza a la seguridad alimentaria y sus efectos en el crecimiento económico sostenible.


Se trata de fenómenos meteorológicos generados por la acción del viento, originando el desplazamiento de grandes cantidades de arena y polvo en suelos secos y arenosos a varios kilómetros de distancia.
Son muy comunes en regiones desérticas:

desierto del Sahara (África), desiertos de Norteamérica y de América del Sur, el desierto de Gobi (Mongolia), Arabia y otras regiones áridas y secas del mundo.    Los efectos generados por el calentamiento global y el cambio climático inciden en la formación de estas tormentas.


Igualmente, la sequía en los suelos arrastra cantidades considerables de arena y partículas de polvo.


Este tipo de eventos aumenta progresivamente, especialmente en el norte de África y en los países del Golfo, Iraq y Siria.


La Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicó su informe anual sobre la incidencia de las tormentas de arena y polvo, así como sus repercusiones en la sociedad.
Según el reporte, las concentraciones de polvo en las zonas más afectadas en 2023 fueron superiores al promedio a largo plazo, pero ligeramente inferiores a las registradas en 2022.


La tormenta más fuerte del año asoló Mongolia en marzo de 2023, donde afectó más de cuatro millones de kilómetros cuadrados, entre los que se cuentan 20 provincias de China, indica el Boletín de la OMM sobre el polvo en suspensión en el aire.


Cada año, unos dos mil millones de toneladas de polvo entran en la atmósfera, oscureciendo los cielos y deteriorando la calidad del aire en regiones que pueden estar a miles de kilómetros de distancia, y afectando a las economías, los ecosistemas, el tiempo y el clima.


Es en buena medida un proceso natural, aunque gran parte de ello es fruto de una gestión inadecuada de los recursos hídricos y las tierras.


De acuerdo con algunas pruebas científicas, las actividades humanas inciden en las tormentas de arena y polvo.


El aumento de las temperaturas, la sequía y una mayor evaporación provocan un descenso de la humedad del suelo y ello, combinado con una gestión inadecuada de las tierras, favorece la aparición de más tormentas de arena y polvo, afirmó Celeste Saulo, secretaria general de la OMM.